El “cagatió”, un ser mitológico de aspecto simpático y alegre, suele llegar a los hogares catalanes unos 15 días antes de Navidad para instalarse en el salón. Se trata de un tronco de madera al que se adorna con dos patas delanteras y una cara sonriente. Fundamental en su atuendo son la barretina (el gorro tradicional catalán) y la manta, que lo cubre para que no coja frío.